martes, 8 de marzo de 2011

Bendito Y Maldito Error

Poco tiempo después de empezar a caminar llegamos a una palapa que estaba vacía y tenia una hermosa vista al mar,ademas que el tenia comida que le aventaba a las gaviotas para que se le acercaran.

-¡Que hermoso Atardecer!-contemple un rato en silencio el ocaso era divino hasta que un flash me saco de onda.

-¡¡Que ra..-no acabe la frase porque lo vi a el tomando fotos con la cámara en las manos.

-No salio tan bien, ¿me dejas tomarte otra?, bueno aunque ninguna foto podría retratar perfectamente tu belleza.

- Ok ,gracias, pero es que no soy muy fotográfica.

-No interesa cuando la mujer es hermosa la pose sobra.

-Claro, dile a una mujer  que es hermosa y pídele cualquier cosa.dije en algo apenas audible, ya decía yo que era algo muy bonito.

-Con todo respeto claro.-Dijo en cuanto vio mi reacción.

-Tranquilo-Me tire en la arena que estaba calientita y fina.

Me siguió tomando otra foto, yo solo jugaba con la arena y también recogía algunas conchas y el las guardaba en una bolsa de plástico que traía, tal vez haría alguna manualidad con ellas.

-Mira este-me señalo un caracol largo y blanco.

-Es muy lindo-le dije sonriente y mientras me quitaba los zapatos después de todo la arena es un exfoliante natural.

-No tanto como tu-al juzgar por su cara era mas un pensamiento que un comentario.

-Gracias, supongo-ya la luna había bajado e iluminaba el cielo.

-Oye es mejor que nos vayamos ya-sugerí mientras comprábamos un agua.

-Si, vámonos-me quedo viendo fijamente y me dio la botella.

La platica fue amena y rara. Rara porque le estaba contado a un extraño mi vida pero amena porque teníamos varias cosas parecidas , platicamos de muchas cosas entre ellas que yo era estudiaba pero que me la uni donde estaba cerro y la misma uni estaba buscando otras universidades para mandar a sus alumnos asi que no sabia a cual me mandarían, también me dijo que era maestro de medicina  en una universidad pero no escuche bien el nombre, que en la tarde ayudaba a una amiga que era nutriologa en su consultorio, que sus papas no vivían aquí, que no tenia mas que una hermana menor,Entre mil cosas mas pero las risas no faltaron.


-¿No quieres cenar?-me pregunto mientras se estacionaba enfrente de una pizzeria.

-Si,porque no-me baje del auto y el tomo mi mano, al principio me sentí extraña pero extraña bien.

-Miguel mira ella es Paola-me presento mientras yo saludaba con la otra mano que tenia libre, por alguna extraña razón ninguno quito la mano de encima de la del otro.

Tomamos una mesa cerca de la ventana y Miguel nos trajo una pizza mediana de champiñones y salchicha.Nos comimos la pizza muy agusto en si todo el día había sido bueno, que digo bueno espectacular.

-Ahora si te llevo a tu casa-pago y de nuevo nos subimos al coche a mi casa.

Las Historias Del Estante